lunes, 4 de mayo de 2015

Crónica Informativa - Sebastián Fontana


Expositores locales abrieron una discusión necesaria

Universitarios debatieron sobre adiciones

   Por Sebastián Fontana para 9ahora.com.ar
   
   Se realizó hoy en la Facultad de Ciencias de la Educación, un panel acerca de la problemática del consumo de estupefacientes en adolescentes. La exposición fue organizada por el Taller de Producción Periodística de la carrera de Comunicación Social, en el marco de la presentación de la revista Mal de Ojos, y tuvo como lema: “El consumo y venta de drogas en la vida cotidiana de jóvenes”.

   En el auditorio “Rodolfo Walsh” de la Facultad de Ciencias de la Educación abordaron hoy el problema de las adicciones. Hubo cinco expositores que abrieron el debate y fue a partir de la iniciativa del Taller de Producción Periodísticas en vistas a la presentación de la publicación de la revista Mal de Ojos. Pablo Barbirotto, Defensor de Pobres y Menores; José Amado, periodista de Diario Uno; Norma Mian, directora de la Escuela Secundaria Bazán y Bustos; Mónica Olivera, vecina del barrio Lomas del Mirador; y Mario Elizalde, titular de la Secretaria de Lucha contra Adicciones pusieron en foco uno de los flagelos que más afectan a lo jóvenes.  

   Para los disertantes, Entre Ríos no cuenta con un protocolo de acción frente a un menor adicto a las drogas. Esa fue una de las razones en las que coincidieron los expositores, donde además dejaron en claro que cada persona y su entorno son victimas de una desvinculación y desligamiento de responsabilidades por parte de organismos de justicia, seguridad, como también instituciones de salud. Pablo Barbirotto sostuvo que las intervenciones legales llegan tarde porque falló la prevención.

   Se trata de realizar un trabajo integral y de manera conjunta para definir funciones que en la actualidad fallan, y de hacerse cargo de responsabilidades que no asume la salud ni la seguridad. “Pretender solucionar esta problemática con el Código Penal es una locura”, señaló el defensor de Pobres y Menores.

   Por otra parte, José Amado, se refirió a la violencia que a diario viven algunos barrios de la ciudad a causa del trasfondo de la droga. El periodista mostró datos alarmantes de homicidios que van en crecimiento con respecto a años anteriores, hizo un paréntesis en la edad de los muertos y sus respectivos asesinos y resaltó su cercanía demográfica: en 12, de los 14 homicidios que han ocurrido en Paraná, los protagonistas fueron vecinos y el promedio de edad fue de 20 años.

   Estos son los llamados “soldaditos”, pibes excluidos del sistema, que no estudian ni trabajan, acaso victimas de su vulnerabilidad, y usados por los que realmente manejan este negocio. Son los que realizan el trabajo sucio, delinquen, venden, y son sometidos a los aprietes que tiene esta estructura “narco”, en donde la mayoría de las veces que quieren escaparse son brutalmente asesinados.

   Amado explicó que la mayoría de las crónicas de homicidios que hoy tienen como trasfondo la venta de drogas, no son precisamente de las personas que manejan este gran negocio y se trata de relatos de muertes sobre chicos que intentaron salir de este entorno oscuro con el precio de sus vidas. Según su exposición, esto tiene que ver con ciertos códigos que se perdieron con el tiempo en el ambiente, donde los “narcos” ya no evitan que estos hechos sucedan en sus barrios: “Hoy el narco es el que reparte los fierros a los chicos y los menores andan armados”, se refirió el periodista y agregó que estos mismos conflictos antes se resolvían a las piñas, y ahora que hay armas de por medio, se mata.

   “No hay que juzgar a ningún actor, salvo al Estado”, fue una de las críticas generalizadas y más duras entre los expositores, y donde hizo hincapié Amado: “El rol del Estado es bobo o pasivo, por no decir cómplice”.

   Durante el panel apuntaron en varias ocasiones a la falta de responsabilidad por parte del Estado, en no brindar una capacitación acorde al tema, en cuestiones de salud, o planes de prevención y educación, que minoricen la gravedad del problema, y estén puestos en función de combatir el narcotráfico a partir de las fuerzas de seguridad, con una policía corrompida, que en muchos casos es participe de este gran negocio.

   Barrios con calles desoladas, vecinos encerrados, docentes asustados y conmovidos por que sus alumnos se vuelven cada vez más violentos. Esta es la realidad que viven quienes van a trabajar a las escuelas esquivando balas y donde su principal tarea parece ya no la de educar, sino el de servir de contención y cobijamiento de muchos chicos que asisten a clases bajo los efectos de la droga, entre heridas de armas y que dicen estudiar, pero cada vez retienen menos lo aprendido.

   “Se sabe quienes son los que venden, y la Policía cobra un canon para permitirles que lo sigan haciendo”, fueron las palabras de Norma Mian, la directora de la Escuela Secundaria Bazán y Bustos y vecina del barrio del Sol de Paraná, zona afectada por  numerosos hechos de violencia. La docente, en un dramático relato, contó cómo uno de sus alumnos asiste al colegio con una herida de bala en el pie por estar involucrado en la venta de drogas, y querer intentar salir.  “No se puede dejar una vez que entras en la red”, puntualizó.

   También hizo alusión a que en la capital provincial es muy difícil encontrar un lugar para tratarse, dejó en claro que existen deficiencias en la salud pública de la provincia y explicó que por ley, un menor adicto solo puede ser sometido a un tratamiento si él mismo lo conciente; ya que contra su voluntad esto no es posible.

   Otro testimonio fue el de Mónica Olivera, invitada como expositora y vecina del barrio  Lomas del Mirador, también afectado por el drama de la droga en los jóvenes. En su relato compartió la experiencia de haber tenido un hijo que consumía, e invitó a derribar el mito de que “a mí nunca me va  a pasar”. Ella aun no conoce las razones por las que su hijo entro en esa situación. Sostuvo que al momento, considera que fue el hecho de que su hijo sintiera un sentido de pertenencia con el barrio lo que condujo a que empezará a consumir. Un problema de entorno, en el que más de una vez prefirió dejarlo drogarse en su misma casa para que no corra peligro su vida en la calle.

   Mario Elizalde, titular de la Secretaria de Lucha contra Adicciones resaltó su preocupación ya que cuando asumió su cargo en 2008, en las Universidades no se capacitaban a los profesionales de la salud sobre prevención. Con respecto a esto, señaló que realizan, en conjunto con facultades, 16 programas de promoción de salud en distintas provincias del país para prevenir esta problemática.   

   Ya en el intercambio de opiniones con el público presente, se vivió un momento de tensión cuando una docente de la escuela Bazán y Bustos se refirió a los organismos que no asumen responsabilidades. “Se pasan la pelota”, dijo e increpó a Elizalde, quien se excusó de no estar a cargo del Ministerio de Salud, siendo él referente del Ministerio de Educación. La moderadora del panel fue Aixa Boeykens y para conciliar el debate, tomó la palabra y cerró la exposición cuando propuso que asuman sus respectivas responsabilidades quienes están al frente de cargos públicos de cara a esta lucha contra las drogas.




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